sábado, 16 de diciembre de 2006

No puede haber un adios


Tortillas palmeadas, pan casero, un café... o quizá una aguadulce con vos, como siempre....

No había mejor manera de pasar una tarde que dar la vuelta a la cuadra y entrar en ese espacio; espacio en el que como si fuera una cueva uno se siente protegido.

En tu casa el tiempo no pasa y las historias de vida se reproducen con cada gesto, con cada nuevo conversación... cuanto quisiera que ahora esas tardes de café con los pies colgando de un sofá y las manos sosteniendo la cara se repitan de manera interminable.

Cuanto quisiera poder escuchar, no importa, una y otra vez esas historias que cuentas repetidas, sin darte cuenta, como si fuera la primera vez que me las cuentas.

A vos, Tita.


5 comentarios:

Julia Ardón dijo...

Lágrima.
Yo también tengo "Tita" todavía.

Ivannia Villalobos dijo...

Si, uffff...
Como quisiera tener más tiempo para compartir con todos los que están cerca y... con los que están lejos

Guillermo Anderson dijo...

Muy lindo Ivannia. Mi abuela me daba café y pan dulce y me sentaba en una mesa a contarme historias.

Recuerdamelo un dia en CR, quiero que escuches una cancion que hice que se llama "Memoria de La Abuela"

Un abrazo

Ivannia Villalobos dijo...

Un abrazo para vos también.

Anotado y con mayúscula en mi agenda. En espera de "Memoria de la abuela"

Un saludo, Iva

Unknown dijo...

Es increible como el amor mantiene vivas y cerca a las personas. A mi una de ellas ya se me fue, pero ahi esta.
Lindo Iva, que ella lo sepa siempre. Siempre.

Abrazos.

Gabo.

Pd: Excelente por el blog...