lunes, 18 de diciembre de 2006

Niña, tan niña y con tantas ganas de volar.


Yo un poco más grande te admiro….por tu inocencia, por tu sencillez, por tu valor, por ser como sos…cajaro!!!

Un día, así… no más… te descubro mirándome por una esquinita. Con esmerada precisión imitas mis “rituales” mientras me maquillo frente a un espejo.

Oh niña…hasta en eso sos tan meticulosa.

Pero mientras una leve sonrisa invade mi rostro, por dentro quisiera que no te apresures, que no corras.

Pero, un momento, yo tampoco debería correr, debería sentarme simplemente un día y correr con vos por el parque, cantarte una canción o pedirte que me leas uno de esos cuentos en los que al final los buenos siempre vencen y en los que te gusta perderte por horas y horas… esos mismos que le cuentas a tu abuela.

De repente, mientras pensaba en lo que no hago y debería hacer, te descubro en el reflejo pero ahora junto a mi. Me recuerdas que se hace tarde, que el almuerzo está en el refri y que no me olvide de llamar.

Maldita rutina… decido escaparme por unos minutos más… que más da…

Contame un cuento…

La emoción y la extrañeza se confunden en tu mirada. Corres e inicias el relato…

…Terminaste?

Ve despacio muñeca…

domingo, 17 de diciembre de 2006

Tu voz me canta al oído. Estás tan cerca.


Sos esa melodía en la que me gusta embriagarme una, otra y otra vez...


Un solo recuerdo me basta para volver a sentir tus manos repasando uno a uno mis cabellos. Tu boca y tu aliento que se tragaban de a poco lo que quedaba de esa que solía ser mi vida.


Despierto y nuevamente me embarga ese sentimiento: tu no presencia.


Mejor me doy la vuelta y regreso a ese mundo donde solo la locura de los sueños me encuentran con ese que vos solías ser, el que no sos y el que de vez en vez se asoma, entre sueños o pesadillas, para recordarme quien soy, como soy, como te pienso...


Y de repente, dormida, me viene un nuevo sobresalto y me pregunto: Qué dijiste?


...No importa, solo estás aquí (en la dimensión de los sueños) y por el momento eso me basta.


Tristes, tristes sueños...

Vos: mi sorpresa!!!



Te escondes?, será que no te he buscado?, o te he pasado por alto?. Si ALTO...

Me detengo, pienso: no me escondo, no te escondes, no te busco, no me buscas, no te paso por alto, no me pasas por alto. Simplemente estamos a punto de encontrarnos...

Dónde, cuándo, a qué hora?... Me gustan las sorpresas!!!

sábado, 16 de diciembre de 2006

Quién dijo que no hay cama pa' tanta gente
















Es que si donde cabe uno caben dos, también diría uno que donde "normalmente" caben dos, caben seis. Solo den un vistazo a esto.

Porque cuando el cansancio nos alcanza, cualquier lugarcito está en todas, para dormir un rato y por qué no soñar también... quizá con serpientes....

Narciso y El lago


Amigos, amigas, casi hermanos....

Chicos fueron tremendas las jornadas de grabación de Narciso. Gracias a todos ustedes por el apoyo, y más que eso, por el amor y la cabeza que le pusieron al proyecto.

Al equipo de producción: Dirección a cargo de Karolina Hernández, la dirección de arte que corrió por cuenta de Karina Mora y Laura Vega. La dirección de fotografía fue de Andrés Campos, quien contó con la asistencia de Marcos Machado y Pietro Bulgarelli.

A los actores: Brandon Guzmán que interpreta al niño, Valera Galván quien hace el papel de la niña. A Jahel Palmero e Inti Picado que los papeles de la pareja adulta. Y a Francisco Murillo, el narciso.

A todos los que nos facilitaron locaciones: William Eduarte, Julio Aguilar, Hotel Casa Roland, ICODER

A quienes nos ayudaron en todo lo que pudieron: Nicole Maynard, Nicolás Pacheco, Angel Lara, Roberto Román

Espero que no se me esté olvidando nadie. Son un éxito!!!




No puede haber un adios


Tortillas palmeadas, pan casero, un café... o quizá una aguadulce con vos, como siempre....

No había mejor manera de pasar una tarde que dar la vuelta a la cuadra y entrar en ese espacio; espacio en el que como si fuera una cueva uno se siente protegido.

En tu casa el tiempo no pasa y las historias de vida se reproducen con cada gesto, con cada nuevo conversación... cuanto quisiera que ahora esas tardes de café con los pies colgando de un sofá y las manos sosteniendo la cara se repitan de manera interminable.

Cuanto quisiera poder escuchar, no importa, una y otra vez esas historias que cuentas repetidas, sin darte cuenta, como si fuera la primera vez que me las cuentas.

A vos, Tita.